El post de hoy trata sobre la protección auditiva. Los protectores auditivos pertenecen a la Categoría II en la clasificación de los EPIs. Su objetivo es evitar que un ruido excesivo llegue al oído interno y pueda producir una lesión, esto se consigue atenuando el sonido.

Por si tenías dudas, su uso es obligatorio desde el momento que la intensidad sobrepasa 137dB o siempre que se mantenga constante a 85dB. Según el trabajo lo requiera, se utilizará un tipo u otro de protección auditiva. Los tapones suelen ser más adecuados para entornos de alta temperatura y humedad. Indicados para trabajos en los que se necesite combinar otros tipos de protectores en la cabeza (mascarilla, casco, gafas…).

Tipos de tapones auditivos

Por cuestiones de higiene son de uso unipersonal. Dentro de los tapones distinguimos 3 tipos:

• Desechables: Fabricados con una espuma suave, permiten ser usados una vez. Repelen la suciedad y son hipoalergénicos.
• Reutilizables: Diseñados para ser utilizados varias veces, pueden ser con o sin cordón. Son muy fáciles de colocar gracias a su forma cónica y permiten el lavado.
• Con banda: Útiles para trabajos en los que el ruido sea intermitente.

Consejos de utilización

Por otra parte, las orejeras se utilizan en trabajos con ruidos intermitentes, en los que solo se precise llevar en la cabeza este tipo de protector. Están indicadas para trabajadores que sean propensos a sufrir infecciones de oído. Pueden ser usadas por más personas siempre que se proceda a su previa desinfección.

Como recomendación hay que tener en cuenta que la intensidad de la protección debe ir acorde al ruido del ambiente, ya que una sobreprotección podría aumentar el riesgo en el caso de que se produjera algún accidente debido al aislamiento. También es muy importante que el usuario se encuentre cómodo y que el protector valla acorde con la persona, y en su caso, con otros equipos que lo complementen.

Jesús Guasch Vela

Ingeniero industrial

Técnico superior en PRL